Memoria Histórica 1 al 7 septiembre
Necesitamos una sociedad vasca que afronte su historia, se mire en las víctimas y se haga consciente de la destrucción y el sufrimiento causados por el terror
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Necesitamos una sociedad vasca que afronte su historia, se mire en las víctimas y se haga consciente de la destrucción y el sufrimiento causados por el terror
La Agrupación socialista de Ordizia nunca va a olvidar a las víctimas del terrorismo con las que todos tenemos una deuda que nunca podremos pagar.
Resulta inquietante, y poco alentador desde el punto de vista de la normalización de la convivencia, que no haya un reconocimiento inequívoco y explícito de que las acciones de ETA han sido injustas y de que el sufrimiento provocado es injustificable.
Si durante los años de mayor intensidad en la “socialización del sufrimiento”, la existencia de ETA seguía siendo justificada por parte de la sociedad vasca, no cabe esperar que, ahora que ETA ha desaparecido, esa misma parte de la sociedad asuma la ilegitimidad de sus premisas respecto al uso de la violencia.
Hay quien parece pretender identificar el “conflicto” como una lucha armada con dos bandos enfrentados y con víctimas de uno y otro lado, lo que transforma todo el sentido del relato y afecta medularmente a su semántica repercutiendo sobre la eventual consolidación de un futuro de paz.
las instituciones democráticas, con independencia de quién gobierne, ha de respaldar sin ambigüedades una revisión crítica de ese pasado que afronte con valentía la verdad de lo ocurrido, quizá cabría también reflexionar sobre cómo mostrar las huellas de esa violencia
En Ordizia, la cotidianeidad ha ido borrando las huellas de los asesinatos cometidos en la villa en el pasado
La justicia, entendida ambiciosamente como justicia restaurativa, se identifica, entre otras cosas, con la necesidad de reconocer sin matices que ninguna de las muertes, ni de las agresiones, secuestros, extorsiones, amenazas estaba justificada y, por alcance, con la asunción de la responsabilidad por el sufrimiento provocado. Ambas secuencias, reconocimiento y asunción de responsabilidad, implican una revisión crítica del pasado
“los poderes públicos contribuirán al conocimiento de la verdad, atendiendo a las causas reales de victimización y contribuyendo a un relato de lo que sucedió que evite equidistancias morales o políticas, ambigüedades o neutralidades valorativas, que recoja con absoluta claridad la existencia de víctimas y terroristas, de quien ha sufrido el daño y de quien lo ha causado y que favorezca un desenlace en el que las víctimas se sientan apoyadas y respetadas, sin que quepa justificación alguna del terrorismo y de los terroristas”
Nos comprometemos a contribuir a superar procesos de re-victimización y a promover el empoderamiento vital de las víctimas.